Nota de opinión de un colega del Hospital Tornú (B.E)
Los problemas del personal del hospital no son particulares ni sectoriales, son de todos, esa es nuestra concepción básica de gremialismo.
Un médico residente, expresaba recientemente sus problemas y pedía apoyo para solucionarlos, aclarando que la mayoría de las veces, sus jefes no les permitían concurrir a asambleas o reuniones gremiales.
Muchos residentes y concurrentes están sometidos a una especie de ley de obediencia debida. Nada tiene que ver que un Jefe sea bueno, les enseñe, les de trabajo afuera, les ayude a crecer como médicos, con que influya directamente sobre sus ideas y obligaciones gremiales, políticas o religiosas…nada tiene que ver…
Muchos residentes y concurrentes están sometidos a una especie de ley de obediencia debida. Nada tiene que ver que un Jefe sea bueno, les enseñe, les de trabajo afuera, les ayude a crecer como médicos, con que influya directamente sobre sus ideas y obligaciones gremiales, políticas o religiosas…nada tiene que ver…
Hace algunos años los residentes no eran socios de la AMM a excepción de contados casos y tenían una agrupación gremial propia que los nucleaba y que ellos mismos dirigían. Desde que se impuso la obligación del seguro de mala praxis, la mayoría se afilió a la AMM, perdiendo representatividad e identidad.
Hoy, ya casi nadie se ocupa de ellos gremialmente, por lo que los médicos en formación se transformaron para la AMM en el “afiliado ideal”, que da mucho, aportando un importante ingreso material y recibe poca atención a sus reclamos, entre otras cosas, por no estar comprendidos en la Carrera Municipal de Profesionales de la Salud
Pide poco, además, porque como es sabido, los médicos jóvenes, ávidos de incorporar conocimientos, prácticas y experiencia, están dispuestos a llevar un paciente en silla de ruedas, como si fuesen camilleros, a no cobrar por su trabajo o percibir becas básicas, a trabajar fuera de hora…en otras palabras, a colaborar con el Servicio al que pertenecen, y por supuesto, a obedecer a sus Jefes.
Jefes que en épocas de maestros como Finocchietto, Malbrán y tantos otros, no participaban en la actividad gremial pero que hoy han pasado a ser, en muchos casos, “jefes gremialistas”, ya no maestros de la medicina, basta como ejemplo la lista oficialista en nuestro hospital que está abarrotada de jefes. Cómo puede entonces un residente o cualquier otro médico confiar en la filial para sus reclamos, por ejemplo sobre maltrato, si quien lo va recibir es su propio jefe?
Los médicos en formación deben participar en la defensa de sus derechos pero libremente, y libremente significa, que esos colegas jóvenes, puedan ir a todas las asambleas posibles, opinar libremente y ejercer la posibilidad de votar libremente.
Los colegas ya formados tenemos la obligación moral de acompañarlos, protegerlos y defenderlos en todos sus justos reclamos, e interponernos frente a jefes abusivos.
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