En esta
ocasión festiva gozamos de una escenografía muy cuidada en nuestro querido
Centro de salud mental. Las imágenes, las fotos, el video sin fin, de estos 30
años de lucha. Marchas, cortes de avenida, asambleas… Nos conmueve que cada uno
de nosotros pueda reconocerse en ellas así mismo, en distintos momentos, pero siempre junto a otros. Expresamos nuestro agradecimiento a la comisión de FESTEJO.
Es un
honor para toda la actual Comisión Directiva, conducir la Asociación en este
momento histórico, en el que cumplimos 30 años. Nuestro recuerdo y
reconocimiento a todas las Comisiones
Directivas que nos precedieron. Nuestro
agradecimiento a los amigos históricos y a los nuevos lazos que estamos
construyendo, especialmente a nuestros compañeros de la COGRESAP.
Desde
que nacimos como asociación, fue necesario pelear por nuestros derechos, incluso
por la propia existencia de este Centro, que más de una vez algún funcionario
“iluminados”, hubiera querido borrar del mapa.
Hoy, en
nuestro hospital, estamos tratando de construir un nuevo canal de comunicación con la dirección,
y eso está dando sus frutos.
También
es cierto que en ningún otro momento la lucha ha sido tan dura como en este, en
el que nuestra querida Buenos Aires es gobernada por la derecha “empresarial”.
Los
actos de injusticia o desidia que nunca faltaron en otros gobiernos, ahora
cobran, por momentos, visos de crueldad…
La
crueldad inherente a la naturaleza humana, no la conocemos en otro seres vivos.
Y la experimentamos en las políticas que vienen ejerciendo de manera sigilosa,
sobre los más vulnerables.
Me
recuerda al pensamiento del médico y psicoanalista Sandor Ferenczi, dilecto
discípulo de Sigmund Freud.
Él
reflexionó sobre el acto de abuso sexual que ejerce un adulto sobre un niño.
Planteaba que el carácter traumático de estos actos, estaba vinculado a
que provenían de quienes se esperaba la
protección y el resguardo. Obviamente el niño está en una posición asimétrica,
es decir, depende del adulto, quien se sirve de esa ventaja para su acción.
Pero lo que resulta aun más ominoso es
que mientras esto sucede, el abusador promueve el silenciamiento o incluso la
negación del hecho. Lo que en el niño genera la pérdida de la confianza en los
propios sentidos. Algo así como el convencimiento de que NO está
pasando lo que en realidad, está pasando… Vaya si esto es crueldad.
Creo que
algo así está en juego en las políticas practicadas por el actual gobierno de la CABA. Ya que intentan
esconder el carácter abusivo de sus actos en guaridas construidas a través de
eufemismos canallescos.
Llaman racionalización de recursos al
sistemático vaciamiento del Estado y a la precarización de las condiciones de
trabajo. Denominan retiro voluntario
al abandono incentivado de cientos de puestos laborales. Llaman desfinanciamiento de partidas… a la desaparición
en laberintos burocrático de los cargos necesarios para cubrir tanta tarea. Lo
que es más grave, nombran como MODERNIZACIÓN,
a un ministerio público que ejecuta día a día, a través de alquimias
administrativas, el progresivo desguace de los hospitales públicos.
Ellos
piensan en términos de usuarios y
prestaciones, nosotros atendemos a personas, nuestros pacientes. Ellos se dedican a pergeñar slogans
estupefacientes y programas que apuntan
a silenciar rápidamente las demandas y
nunca resuelven las verdaderas dificultades. Nosotros generamos y sostenemos
proyectos de trabajo a partir de la complejidad de los problemas, para dar así
respuestas al sufrimiento psíquico de la gente. Ellos buscan productividad, nosotros… creatividad.
Ellos esconden a los débiles bajo la alfombra e incluso los castigan… Nosotros
los alojamos con hospitalidad, intentando aliviar su padecer. Ellos tiene socios; nosotros: colegas, compañeros,
amigos. Ellos esconden sus verdaderos e inconfesables intereses, nosotros persistimos en manifestar nuestras convicciones
y nuestros sueños…
En
consecuencia, sigamos JUNTOS, defendiendo nuestros derechos como trabajadores
del hospital público ya que eso es, al
mismo tiempo, luchar por la dignidad de
nuestros pacientes.
Intentando
nombrar tanta emoción festiva, buscaba algunas ideas, en aquellos que saben
hacer maravillas con las palabras, los
poetas… Repasé rápidamente fragmentos de
Shakespeare, Hemingway, Camus, Dostoievski, Borges… Esta vez me
sedujeron unos versos del poeta rosarino
Rodolfo (Fito) Páez:
Y dale alegría,
alegría a mi corazón
Es lo único que
te pido al menos hoy
Y ya verás…
que no necesitaremos nada más.
GRACIAS.